“El Cambio Climático”, uno de los grandes riesgos medioambientales globales

Hoy en día, nuestro mundo está cambiando más rápido de lo que podríamos haber imaginado. Con una alteración social y económica a una escala raramente vista desde el final de la Segunda Guerra Mundial hace 75 años, la pandemia de COVID-19 nos está obligando a replantear completamente la noción de «common business».

A medida que algunos países empiezan a salir de la primera fase aguda de la pandemia, la crisis de COVID-19 está cambiando sustancialmente el pensamiento de la gente. La salud humana y la asistencia sanitaria en general se han convertido, con razón, en la prioridad primordial de los líderes mundiales. El COVID-19 está dejando dolorosamente claro cuán interconectados están nuestros desafíos sociales, económicos y ambientales.

Hay un consenso mundial sobre la gravedad del cambio climático.

El Foro Económico Mundial hace hincapié en esto en su último Informe de Riesgos Globales. Por primera vez, se demuestra como los cinco principales riesgos mundiales en términos de probabilidad están todos relacionados con el medio ambiente.

Este año los cinco principales riesgos son todos medioambientales

Mientras que muchos otros estudios se han centrado en el enorme impacto que el cambio climático está teniendo en las personas. Gracias a esto, la comprensión en general de que el clima y nuestra salud están profunda, y directamente conectados. Por lo que ambos temas requieren nuestra seria atención y acción.

Por ejemplo, las investigaciones de la Universidad de Harvard indican que las personas que viven en regiones más contaminadas están siendo más gravemente afectadas por el coronavirus que otras, mientras que otro estudio -publicado en la revista médica The Lancet- predice que 500.000 adultos morirán como resultado del cambio climático para 2050. Como dijo recientemente Mark Carney, ex gobernador del Banco de Inglaterra: «No podemos aislarnos del cambio climático».

Como vemos, esta crisis de COVID-19 está poniendo de relieve que:

  • vivimos en un mundo interconectado, donde las fronteras han dejado de ser paredes físicas.
  • a reconocer la necesidad inmediata de preparar mejor a las personas, pero también a nuestro planeta para los riesgos interrelacionados de la atención sanitaria y el cambio climático.
  • que es posible dar una respuesta amplia y a gran escala a una crisis mundial cuando todos nos comprometemos a ello.

Impulsemos la ACCIÓN

Todos nosotros -gobiernos, industrias, empresas mundiales, ciudadanos- debemos abordar el tema de la sostenibilidad con urgencia, pero el cambio sustancial provocado por la crisis de COVID-19 está sentando las bases para los cambios radicales que se requieren al tratar de reconstruir nuestras economías.

Según el Foro Económico Mundial, lo que ocurra en los próximos meses podría ir en una de dos direcciones.

  1. Existe el riesgo de que a medida que la crisis inmediata disminuya y sus consecuencias económicas sean más claras, dejemos de lado las aspiraciones a largo plazo en pos de soluciones fáciles a corto plazo.

El clima – así como la economía circular – bien podría llegar a ser menos prioritario para los interesados, los clientes y la industria en su conjunto, ya que se centrarían en la reactivación de la economía rápidamente.

Ejemplo de esto es el caso de la caída temporal de las emisiones de CO2 durante la última crisis financiera mundial en 2008 fue efímera. Ahora en el año 2020 se calcula de que las emisiones de CO2 caerán en España más de un 10% por el Covid-19. Entre el 1 de enero y el 1 de mayo las emisiones de GEI descendieron un 18,31%. Se trata del mayor descenso experimentado en la historia desde la guerra civil, a causa de la pandemia y el confinamiento, pero se teme que las emisiones volverán a aumentar cuando esta crisis termine. Como vemos el COVID-19 está reduciendo la contaminación del aire, pero no frenará el cambio climático.

      2. Es muy posible que se retrasen importantes hitos ya alcanzados en las negociaciones sobre el clima.

Ejemplo de esto es, La Estrategia Española de Economía Circular, España Circular 2030. La cual se alinea con los objetivos de los dos planes de acción de economía circular de la Unión Europea, “Cerrar el círculo: un plan de acción de la UE para la economía circular” de 2015, y “Un nuevo Plan de Acción de Economía Circular para una Europa más limpia y competitiva” de 2020. Además del Pacto Verde Europeo y la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible. En caso de recesión económica, es probable que los fondos reservados para inversiones en sostenibilidad se desvíen a otros proyectos.

¿Cuál debe ser nuestra toma de acción?

La crisis actual nos ofrece una oportunidad para abordar el tema de frente ahora, aunque los científicos advierten que nos quedan 10 años aun para evitar las peores consecuencias del cambio climático. La pandemia nos está mostrando que tenemos la tecnología, la comprensión científica, los medios financieros y los recursos humanos necesarios para hacer frente al cambio climático. Esta podría ser nuestra única oportunidad de «reconstruir» y trabajar en una economía que cuide de las personas y que tenga en cuenta las limitaciones de nuestro mundo. Con tantas herramientas a nuestra disposición para avanzar en el cambio climático, lo que necesitamos ante todo es liderazgo y la voluntad política para aplicarlas. ¡AHORA ES EL MOMENTO!

Desarrollar y apoyar medidas sostenibles

En un momento en que los gobiernos están acordando paquetes de estímulo económico para ayudar a las personas y organizaciones a sobrevivir a la probable recesión, es nuestro trabajo – como empresas e industrias mundiales – asegurarnos de que la sostenibilidad y la acción climática estén integradas en nuestras estrategias. Tenemos que dar un paso adelante y trabajar unidos para conseguirlo, como estamos haciendo actualmente en nuestra lucha contra COVID-19. Juntos, podemos asegurar que estos temas clave sigan siendo prioritarios en la agenda de las instituciones nacionales e internacionales, junto con una atención sanitaria accesible.

Por ejemplo, las normas de licitación de la Unión Europea se han adaptado para incluir el costo total de la propiedad, pero los gobiernos nacionales o regionales, y mucho menos los municipios, todavía no lo entienden ni lo aplican ampliamente. Siguen haciendo sus compras basándose en el costo inicial más bajo, independientemente del impacto ambiental.

Tenemos que colaborar y hacer que la sostenibilidad sea un requisito clave de las licitaciones, esto apoyará la economía y el medio ambiente al mismo tiempo. Otros ejemplos de estímulo verde podrían ser una alineación europea en la legislación sobre productos químicos, productos y desechos para aumentar el reciclaje y el desarrollo de «productos verdes», y la promoción de modelos de propiedad circular a los consumidores.

La necesidad de colaborar es ampliamente reconocida y también se puso de relieve en una reciente encuesta de Oxford de expertos financieros y económicos de los países G20, en la que se puso de relieve que el potencial de impacto climático es una de las dimensiones más importantes de los paquetes de recuperación fiscal. Al mismo tiempo, otras investigaciones muestran claramente que los países con una estrategia activa a largo plazo para acercarse a los objetivos de calentamiento mundial estarán en mejor situación económica y financiera que otros.

Esto también ha sido destacado por Frans Timmermans, vicepresidente ejecutivo de la Comisión Europea, quien recientemente fue citado diciendo: «Tenemos que invertir en una nueva economía para salir de esta crisis en mejor forma que como entramos en ella; lista para el futuro, sostenible, inclusiva, competitiva y bien preparada […] porque es más rentable proteger el medio ambiente que destruirlo». Esta podría ser nuestra mejor oportunidad para hacerlo».

Y en esta línea, España ya está trabajando en como “aplanar la curva» de la destrucción ambiental, entre las propuestas destacan la ya anunciada ley de Cambio Climático y Transición Energética, la Estrategia de Economía Circular y el ante proyecto de ley de residuos, que veta los plásticos de un solo uso. También se propone una ley de Movilidad Sostenible y un Plan de Salud y Medio Ambiente.

En dicho Plan de Salud, se deberá contemplar la importancia de proteger la naturaleza y el medio ambiente, y preservar y recuperar los ecosistemas como elemento fundamental de prevención y protección frente a futuras pandemias.

Desde Laragon Sustainability Solutions llevamos más de 15 años siendo un referente en la digitalización de muchas de estas iniciativas, aportando a las empresas nuestra experiencia en la optimización de todos los procesos de la compañía hacia la sostenibilidad, la transparencia, la gestión de los riesgos y el buen gobierno.

Queremos formar parte de su equipo. Todos juntos podremos construir economías más resistentes e inclusivas basadas en el uso responsable de los recursos, y por tanto estaremos mejor preparados para los próximos desafíos que nos depara este siglo.